martes, 1 de marzo de 2011

Cincuenta años soñando juntos

En mi última entrada ya adelanté que pronto iba a suceder algo muy bonito y que me tenía ocupadilla... Pues bien, ha llegado el momento de hablar ello. Es algo que lleva ilusionándonos a toda la familia desde hace varios años, cuando a mi abuelo se le ocurrió hacer una cosa maravillosa: pedirle a mi abuela que volviese a casarse con él. Pues sí, mis abuelos son de esas pocas afortunadas personas que consiguen aguantarse durante cincuenta tacos y siguen amándose como el primer día.

Creo que ya hablé hace muchísimo tiempo por aquí de mis abuelos. Son otros padres para mí. Viven en el mismo edificio que yo. Es más, mi única tía por parte materna también vive aquí con su marido y sus tres hijos, así que somos una familia, como dice mi primo mayor, tipo clan gitano: estamos siemrpe unidos, los problemas de unos son los de los otros... ¡Y somos bastante escandalosos!

Cuando de niñas nos aburríamos mi hermana y yo, cogíamos las escaleras ys ubíamos en un minutos los dos pisos que nos separan de ellos para jugar en su casa. Cda vez que mis padres tenían que salir, ellos nos han "adoptado". Los fines de semana nos turnábamos con mis primos para dormir allí: viernes los chicos de Juani, sábado las chicas de Cati. Y por la mañana, los que no habían dormido allí iban corriendo para tomar con sus prim@s el desayuno de mi abuela: un cola-cao con papajotes (comida típica del pueblo).

Vamos, que para mí no puede ser más especial nada que las bodas de oro de mis yayos. Encima...¡ he sido la madrina! Y claro, yo, que soy una persona con cero importancia, que jamás he hecho algo así vistosillo... Estoy que no quepo en mí de alegría.

En resumen, este sábado ha sido precioso... Lleno de sorpresas. Un par de semanas antes, les anunciamos que harían una segunda luna de miel a Málaga (a mis abuelos les encanta Andalucía, para eso es su tierra, y mi abuela la pobrecita no está para irse mucho más lejos...). Ellos no estaban muy convencidos, porque los dos solos, con mi abuela pachuchilla, y tan lejos... Lo que no sabían era la sorpresa que les aguardaba en el lugar del que salía el autobús, al día siguiente de la boda...

El mismo sábado, 50º aniversario de su enlace, nos vestimos todos de punta en blanco, la madrina (moi) con el novio, el padrino (mi primo mayor) detrás con la novia... Toda la familia siguiéndonos: las hijas, el resto de nietos, yernos, hermanos y cuñados y de los novios, la novia de mi primoy el mío, más vecinas, dos amigas de mi prima y mis queridas Nenukys.

La ceremonia fue un poco... ¡de película!







- La novia acabó entrando por el pasillo antes que el novio.

- No sabíamos cuándo teníamos que leer mi hermana, mi prima y yo, salimos improvisando.

- La novia no llevó el ramo de flores precioso que habíamos preparado.

- Me equivoqué y fui a tomar la Hostia con toda la familia, cuando la madrina tiene que quedarse junto a los novios (se nota que no estoy yo muy puesta en temas eclesiásticos :s)

- La novia estaba resfriadísima y leyó con voz de camionero los votos. Además, tiene la vista fastidiada y no veía apenas las letras, por lo que el cura tuvo que ir soplándole.

- El novio interrumpió al cura para preguntarle si luego podían subir sus dos nietas pequeñas (mi hermana y mi prima) a leer unas cosillas.

- Cuando subieron las dos a leerlo, mi prima se emocionó y acabó llorando. Su padre subió para solucionarlo y acabarlo él, pero también se puso a llorar y así, el segundo escrito quedó sin ser leído de forma muy... extraña.

-Lo mejor de todo: nos olvidamos los anillos. Sí, sí... El cura: "Y ahora pasamos al intercambio de anillos". Allí todo el mundo mirando a mi madre, que era quien los llevaba. Y ella llorando buscando los anillos dichosos. Que no aparecían. Total, que resulta que los había sacado para enseñárselos a su prima, y no los volvió a guardar. Toda una anécdota.

Después de todos estos... imprevistos, salimos a recibir la lluvia de arroz, novios y padrinos detrás, que acabamos peor que ellos... Los cuatro repletos de arroz, y yo, con mi vestido negro, llena de marcas blancas, como los hombres.

La comida, muy buena, comí hasta senti dolor de barriga por la presión. Y me encantó verlos emocionados con las sorpresas: un álbum digital con fotos escaneadas que preparamos mi mami y yo de su juventud, de sus hijas de peques, de sus nietos de peques... Luego un vídeo-cuento que les hice con su historia, narrado como un cuento y grabado con música de fondo, también les hice llorar un poco...Qué mala soy =s

Después comieron (a mí no mi cabía) una tarta preciosa y repartimos los regalitos: unos espejos para las chicas y unas calculadoras con boli para los chicos que compró mi mami y una parejita de novios viejitos de fieltro que hice yo para cada casa de recuerdito =)


Quitando el hiper-resfriado de mi yaya, todo muy chulo.

Y lo mejor: al día siguiente, llevándolos a Alicante para salir a Málaga, con los dos quejándose por no querer ir solos, al bajar del coche de mi padre, ven que mi madre saca la cámara y se pone a grabarlos. Mi abuela, extrañada, pregunta que qué hace mi madre grabando, y en eso que, al girar la esquina, se ve de frente con todos los hermanos de mi abuelos y su cuñada. ¡Toda la familia iba con ellos! Así, ya sí les apetecía irse de vacaciones sin miedo a estar solitos por ahí...

En definitiva, una experiencia preciosa: acompañar a mis segundos papis en el segundo día más especial de su vida.





¡Os quiero, yayos!

6 comentarios:

Rafael Garcia dijo...

Muchisimas gracias por tu estupendo comentario. Me alegro saber que la visita a mi blog te causa felicidad :D Un beso

Javier Muñiz dijo...

Hola Lorena, bello no, bellísimo texto nos alumbra hoy,eres muy generosa, buena tarde,besos cómplices...

juanjomoga dijo...

Que bonito Lore, me alegro que lo pasaras bien. La verdad que tiene que ser especial eso de poder decir que estas con una persona conviviendo 50 años, tiene mucho mérito la verdad aunque hoy en día la gente por nada ya se separa y nos e aguantan ni media...

En fin me han gustao tus monigotes de boda y seguro que tu videocuento fue genial como tus relatos, me alegro que lo disfrutaras y que lo disfrutasen, que seguro lo merecen. En cierta manera me das algo de envidia ¿eh? yo que en mi familia estamos siempre todos desperdigados, peleados y demás... sobretodo en Navidades... que follones se montan jajaja.

Un beso Lore y sigue así ;).

ariamsita dijo...

Jo qué bonitooo, tanto la manera en que cuentas lo especiales que son tus abuelos para ti, como la re-boda y todo a pesar de los imprevistos!!Me ha encantado la entrada :)
un beso!

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

en este mundo actual, estas cosas son las que hacen que uno sea feliz. Besos.

Mari dijo...

Qué bonito Lore! Me encantó ser testigo de esa boda tan preciosa que nos hizo llorar de emoción a todos!
Besitos mi niña :)