viernes, 29 de julio de 2011

Alejandro, mi bichejo favorito


Hace ya bastante tiempo hablé de mi primo Izan, el más enanito de mi familia. Pero creo que nunca he hablado de mi chico grande: Alejandro.

Álex es para mí el niño más especial del mundo. Ojo, adoro a Izan igual, pero mi Bicho fue el primer primo pequeño que nació teniendo yo uso de razón (casi 16 añetes). Hacía mucho tiempo que yo anhelaba tener otro pezqueñín en la familia, por eso su llegada fue tan mágica. Recuerdo la primera vez que lo vi, en el hospital de San Juan, al día siguiente de su nacimiento... Un renacuajillo rubio de ojos azules (cosa que costaba de ver, ya que ese día apenas los abrió).

Siempre he tenido más o menos claro que quería estudiar Magisterio, pero al mismo tiempo dudaba entre otras opciones. Me interesaba la Psicología y el Periodismo (el de verdad, no las mamarrachadas que se hacen llamar así hoy en día). También me atraían Filología Hispánica o Inglesa. Y aunque en el fondo sabía que mi vocación eran los mañacos, fue aquí mi mocito (junto con otra experiencia que en alguna ocasión explicaré y que tuvo lugar unos meses después de aquel 14 de mayo que lo vio nacer) el que terminó de convencerme. Jugar con él, hacerle "cucamonas", las ansias que tenía por enseñarle a hacer cosas y la satisfacción de verle aprender... Todo eso constituyó uno de los dos "empujones" que me llevaron a ser seño.

Resulta curioso, el otro día hablé con él de estos asuntillos. Tiene ahora siete años, y le encanta quedarse a dormir en mi casa y jugar a TODO lo jugable. Y yo, aunque termino hecha polvo y con necesidad de oxígeno (o casi), estoy encantada. En una de esas ocasiones en las que invade mi casa y me roba la energía, me dijo que él también quería ser profe (además de futbolista, of course, que mi niño es un culé de pura cepa como su prima). Yo le conté lo que él fue parte importante en mi decisión de serlo, y que estaba deseando poder trabajar de maestra de verdad y no sólo en el comedor. Él, con la curiosidad normal en un pitufo de su edad, me preguntó el motivo por el que no ejercía como profe, y yo me maté a explicarle con palabras que él pudiese comrpender que como hay mucha gente que estudia para ser maestro, no hay clases para todos y tenemos que hacer exámenes un poco complicados y que muy pocos consiguen hacerlo lo suficientemente bien. Y, ¿sabéis qué me contestó?: "Jolín, prima, pues entonces creo que voy a ser sólo futbolista, porque si tengo que hacer tantas cosas como tú para que al final no me dejen trabajar, mejor no soy profesor y me dedico al fútbol nada más".

Sin palabras, me quedé. Me reí mucho, porque mi peque siempre me hace reir, pero lo cierto es que, al paso que vamos, los niños del mañana tendrán más posibilidades de fichar en un equipo medio bueno que de conseguir plaza en unas oposiciones...

En fin, que me voy de tema: lo que quería decir es que estoy segura de que haga lo que haga, mi Álex va a triunfar en la vida y alcanzará las metas que se proponga, por ser el niño más guapo e inteligente del mundo.

Te quiero, Bichejo.