domingo, 18 de julio de 2010

Culpable. Segunda parte.

Por si las moscas, esta entrada es la continuación de la de abajo, así que si queréis leerlo entero, seguid bajando un rato y luego, vuelta "pa' riba" :)






No lo logro comprender. Hemos tenido un día perfecto, y por culpa del alcohol, tiene que estropearse. Ojalá no bebiese nunca más... Vale, no suele hacerlo, pero es que cuando bebe más de la cuenta, se vuelve de un paranoico...

¿Es normal que se enfade por esa chorrada? Es cierto que nos hemos reído de él porque se quedase durmiendo de pie, pero es que no es para menos... Es ridículo... Y no voy a llorar, ¿no? ¿Qué quiere que haga? Pues reirme de él, por payaso. Ay, si no fuese tan bueno y dulce en circunstancias normales...

¿Dónde estará? Hace diez minutos que salió del pub y no lo encuentro. Seguro que está cerca de su portal, ya. No debería haberme parado a recoger el bolso, así no le habría perdido el rastro. De todas formas, lo habrían recogido mis amigas de la percha del pub y me lo darían mañana. Ahora tengo el bolso, sí, pero como Darío esté dentro de su piso y dormido, a ver quién lo despierta... Y mi casa está muy lejos para ir andando ahora. Ojalá no me hubiese parado por el bolsito de las narices... Aunque él no quería que lo siguiese, se hubiese enfadado más, ahora seguro que de la cogorza que lleva ni se acuerda de que está enfadado y me abraza como si tal cosa. Mejor así, odio el nudo que se empeña en vivir en mi estómago cuando él me grita o me dice cosas que duelen. No soporto que esté enfadado conmigo.

Ya estoy llegando, veo el portal. Y ese chico... ¿No es Darío? ¿Qué hace sentado en la escalera? Madre mía, está hecho polvo. Le digo que qué ha pasado, aunque es evidente si miro al suelo: ha echado hasta la primera papilla. Menuda impresión más positiva para los nuevos vecinos. Me mira sonriendo. "He bebido demasiado, princesa". El corazón me da un vuelquecito de alivio. Al menos se le ha pasado el mosqueo. Pero tengo que ser dura, ahora debo mostrarme enfadada yo. Primero, por liármela en el pub. Segundo, por haber bebido hasta vomitar. Y tercero, porque me va a tocar a mí llevarlo a casa, quitarle la ropa y bajar a fregar esto antes de que los vecinos crean equivocadamente que el nuevo residente del edificio es un borracho. Además, sin cobrar un céntimo, sólo por amor al arte. O mejor dicho, por amor al artista que ha "pintado un abstracto" en el suelo del portal.

Con esfuerzo, lo llevo hasta el 5º, le saco las llaves del bolsillo, abro y lo tumbo en la cama. Él colabora todo lo que puede, pero no es mucho, la verdad. Le quito los zapatos y la ropa. La dejo toda esturreada, se merece algo de trabajo para mañana: nunca está de más ordenar la casa con resaca si te has portado mal. Preparo mi pijama y mi cepillo de dientes para cuando vuelva de hacer de chacha. Cojo la fregona y el cubo lleno de agua turbia (en la fiesta han habido un par de vuelcos de vasos y paso de cambiar el agua, demasiado estoy haciendo por este pequeño trozo de alcornoque), y bajo por el viejo ascensor. Ya en el portal, suspiro de rabia y me pongo a evocar a Cenicienta. El final perfecto para un sábado que habías planeado con ilusión, Laurita. ¿Podría ser peor?

Justo entonces se abre la puerta y entran a la finca tres chavales de unos dieciséis años, también cargaditos de alcohol, y me doy cuenta de que sí, de que todo puede empeorar SIEMPRE. ¿Qué he hecho yo para merecer tanto niñato borracho esta noche, Dios mío?

Los chicos empiezan a atosigarme. Quieren que le dé un beso al que parece ser el líder. Les digo que prefiero morirme antes que rozar su cara con un palo. No tengo el ánimo como para aguantar tonterías de nadie. "Pues si prefieres morir", contesta el chaval, "tranquila. Cumpliremos tu deseo".

Me río por el atrevimiento del fantoche éste, pero justo entonces el más grandote me agarra los brazos mientras el líder me sujeta la cabeza con fuerza. El tercer chico se queda atrás, observando con expresión de horror lo que me hacen los otros dos. Clavo mis ojos fijamente en los suyos, suplicando ayuda con la mirada, y es entonces cuando me doy cuenta de que es más pequeño que los otros, no pasará de los trece años, y se parece mucho físicamente al vacilón que aprieta mi cráneo.

"Déjala, tete. Tiene miedo, pobrecilla. Ya te han besado cinco esta noche, has superado la apuesta de Héctor. Deja a esta chica". Súplicas, súplicas y más súplicas de un niño con más sentido de la responsabilidad que su hermano mayor. De un niño que ha sabido ver el miedo en mis ojos y ha escuchado el ritmo frenético de mi corazón sólo con fijarse en mi cara. Súplicas desatendidas.

"Las mujeres deben aprender a medir sus palabras, Fran. Esta zorrita debe pagar por haberme humillado". Acto seguido, golpea mi cabeza tres o cuatro veces contra los salientes de la pared. Noto la sangre manchando mi pelo. Mi pelo largo, que tanto gustaba a Darío...

Caigo al suelo medio inconsciente, y el desgraciado que me ha atacado se tumba a mi lado y me besa. Me mete la lengua en la boca, que tengo entreabierta, porque me cuesta respirar.

Asqueada, me doy cuenta de que voy a morir con el amargo sabor del beso de mi asesino en los labios, a pocos metros de la persona que amo, que duerme cinco pisos más arriba, ajeno al hecho de que su novia se va apagando como una vela en un vendaval.

Y entonces, un último y aterrador pensamiento pasa fugaz por mi cabecita herida: la discusión en el pub ante mis amigas, mis cosas en su casa, la sangre en el portal... Todas las pruebas de este horrible crimen apuntan a mi pobre Darío.

6 comentarios:

La sonrisa de Hiperion dijo...

La culpa sólo es del culpable... como los remordimientos. Me está gustando mucho.

Saludos y un abrazo.

Sekas dijo...

y darío se acostó, inocente.
el suspenso me encantó

juanjomoga dijo...

Tan bueno como siempre Lore, estoy planteandome seriamente convencerte pa que hagas algun libro de relatos eh? me ofrezco de representante xD.

Saludos, Juanjo.

Mari dijo...

Me encanta Lore :)

Tsuki dijo...

Me gusta mucho, ánimo.
Un saludo, ^^

fernandoyomismo dijo...

Buenas! Gracias por pasarte por mi blog, estoy escribiendo mis sueños tal y como me vienen a la cabeza, para no olvidarme de ellos... llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo pero nunca lo hacia. Casi siempre me acuerdo de lo que sueño nada más me despierto, pero si no lo escribo pronto, a la hora o así ya se me ha olvidado, y aveces son autenticas peliculas.
Espero que te guste y gracias otra vez!