sábado, 23 de mayo de 2009

Frases de niños de mi hormiguero

Hechas ya las reflexiones moñas de la despedida (despedida temporal, ya expliqué que Rebeca me deja volver cuando quiera, y que regresaré en cuanto adelnate lo de la memoria), ahora toca lo mejor: dejar constancia de que no es que yo diga que mis enanos son muy resalados, sino que lo son de verdad. Así que aquí os dejo las mejores perlas de mis LOCOS BAJITOS:



DIEGO:

Estábamos en la asamblea, un lunes por la mañana, contando qué habíamos hecho el fin de semana. Amagoia contó que había sacado a su perra a pasear pero que volvieron pronto porque estaba en celo. Diego, asustado, soltó:

- ¡Pobrecita! Pero, ¿dónde se lo pegasteis? ¡Le podíais haber arrancado todos los pelos!

NOELIA:

Estaba intentando decir que su madre le había contado que cuando un actor no sabe hacer algo, un especialista se encarga de rodar la escena, pero se armó un lío y Rebeca (la profe) la quiso ayudar.

Rebeca: - Si Johnny Deep, haciendo del capitán Sparrow, no sabe trepar por el palo del barco, ¿quién lo hace?

Noelia: Willie Wonka.

(Nota: Tanto Jack Sparrow como Willie Wonka son personajes de películas interpretados por J. Deep).

PASTORA:
Estaba almorzando, poniendo caritas de asco, un bocadillo de jamón de york que le había hecho su abuela. Al rato, viene y me dice:

Pastora: -Lorena, no me gusta el bocadillo de jamón de york.

Yo:- Pero Pastora, si te lo ha hecho la abuela tienes que comértelo… Come aunque sea un trozo, no vas a estar sin almorzar nada…

Al ver su mueca de disgusto (y empatizando con ella, ya que yo también soy mala comedora), le digo que se coma “las montañitas”. Me refería, por supuesto, a los piquitos que quedan al morder el pan. Supongo que me entendéis. Señalé cada uno de esos piquitos contándolos (eran cuatro). Creí que el mensaje estaba claro: “Da cuatro mordiscos más al sándwich y guarda el resto”.

Ella accede, y se va a su sitio. Al poco rato, con la desesperación pintada en su carita, me dice:

-Lorena, no voy a acabar nunca, porque cada vez que doy un bocado, ¡sale otra montañita!

DIEGO:

Amagoia contó que su mamá le había explicado que la primera película en color había sido “Lo que el viento se llevó”, y Rebeca pidió que quien pudiera trajese alguna imagen o pidiese a los familiares que les enseñaran alguna frase famosa de la peli.

Diego, que había faltado ese día, acudió de nuevo al siguiente. Y entonces, Rebeca preguntó a todos:

-¿Alguien ha traído información sobre “Lo que el viento se llevó”?

Todos se quedaron en silencio, y de pronto, irrumpe Diego, emocionado:

-¡Yo lo sé! Se lo llevó todo, se llevó hasta las motos.


ANTONIO:

Estábamos terminando la excursión de Mundomar. A la salida, colocada como buena estrategia de ventas, hay una tienda. Es imposible salir sin pasar por ella. Rebeca iba delante, con los primeros de la fila, y yo por detrás, con los últimos, cuidando de que no tocasen nada. La dependienta, que debía estar bastante aburrida (había muy, muy poca gente ese día), era una chica negra que miraba pasar la fila, sonriendo pero sin mover un solo músculo. Hay que decir que era alta y delgada, y con ese tipito y tan quietecita podía perfectamente pasar por un maniquí a los ojos de un niño de cinco años. Eso fue lo que le pasó a Antonio, quien, al pasar por su lado, se detiene mirándola y dice:

-¡Mirad, chicos, una estatua de chocolate!

AMAGOIA:

Los martes hay clase de religión, pero ella, Unai y Dante van a “alternativa”. La profesora de religión, al resto de los niños, les pone una carita sonriente en la mano cuando acaban el trabajo, y supongo que a ellos tres, pobrecitos, no les hace mucha gracia ser los únicos sin carita feliz. Además, alguna vez habían oído decir al resto que llevaban esas caritas “porque Dios quería”.

Un día, para probar el maquillaje de zombies para la peli que estábamos haciendo, Rebeca le pintó la cara con ojeras a Amagoia en clase de “alternativa” mientras los demás estaban en religión, y cuando volvieron, todos la miraron con un pelín de envidia. Feliz por una vez de ser ella la “pintarrajeada”, les suelta: “Hala, ahora a vosotros que os pinte Dios”.

DANI P.:

Subiendo por las escaleras a clase, se coló del resto y empezó a gritar y correr por la fila. Cuando llegamos a clase, Rebeca le dijo:

-Dani, sabes que por las escaleras no se sube así. Baja hasta abajo y sube despacio y sin gritar, como un niño mayor, que es lo que eres.

Él a regañadientes, obedeció. Mientras, Rebeca fue a la clase de al lado a pedir algo, y me quedé yo con los mocosetes. Cuando Dani regresó, me mira muy, muy serio y me pregunta:

-¿Y Rebeca?

-Se ha ido a clase de Alicia.

Y tras ponerse más serio aún, con un gesto de desesperación profunda, me dice:

-¡Jo! ¡Se ha ido porque está cansada de que me porte mal!

CRISTIAN:

En la asamblea nos estaba contando que a su padre le han puesto trece grapas en el brazo, pero no sabía cuál era la causa de semejante heridota. Diego, tratando de encontrar explicación, dice:

-Seguro que se ha quitado un poco la piel.

Entonces, Cristian, sorprendido de que acusaran a su papá de algo tan desagradable, protesta:

-¡No, Diego! Mi padre nunca se quita la piel, siempre se la deja puesta.

JOSE:

Esta frase no sucedió en clase, sino que la contó la madre del niño en la excursión a la playa del día de Pascua.

Resulta que con motivo de la inminente fiesta, tenían que traer cada uno un huevo duro para ponerlo en la mona. Por lo visto, su madre decidió escribir “Jose Antonio” para que no hubiese posibilidad de confusión y su hijo no se quedara sin huevo. Cuando Jose vio que en el huevo ponía su nombre, dijo:

-¡Mira, mamá, qué casualidad! ¡Este huevo se llama como yo!

NOELIA:

El nuevo proyecto es Egipto. Amagoia, que siempre es la primera en traer información, dijo la cantidad exacta de kilómetros del río Nilo, más de 6.000. Dani A., asombrado, dijo:

-¡Madre mía! Eso debe tirar más agua que el Guadalquivir.

A mí me hizo gracia porque Dani, como ya he dicho, todo lo dice de una forma que te tienes que reír, y Rebeca le preguntó sonriendo:

-¿Tú sabes en qué país está el Guadalquivir?

A lo que Noelia, conocedora de la canción de “Pinocho fue a pescar”, suelta:

-Yo sí lo sé: está en el país de Pinocho.

SHEILA:

Cuando vimos la bandera de Egipto, Rebeca preguntó si alguien conocía los colores de la de España. Diego se apresuró en contestar:

-Roja, amarilla y roja.

Sheila, emocionadísima, murmuró para sí misma:

-¡Qué casualidad! Es igual que la de la Selección Española.

MATÍAS:

Nuria trajo información acerca de cómo hacían papel los egipcios. Todo el proceso empezaba a partir de la planta del papiro. Cuando terminó de explicarlo, Rebeca, para asegurarse de que habían comprendido todo, preguntó:

-¿Recordáis cómo se llamaba la planta de la que se sacaba el papel?

Y responde Matías, con voz de misterio:

-La planta del vampiro.

SALVA:

Una mañana estaban en la fila los que siempre llegan primero, que son Dante y Amagoia, y otros cinco. Estaba lloviznando, y cuando llueve no sé por qué faltan muchos niños o llegan tarde la mayoría. El caso es que Dante y Amagoia, desde adelante del todo, empezaron a contar cuántos habían llegado. Eran siete (como ya habréis deducido vosotros). Justo cuando terminaron de contar, apareció Salva por el horizonte. En cuanto se incorporó a la fila, Amagoia le informó:

-Contigo, somos ocho.

Y Salva, sacando tripa y dándose palmas en ella, suelta:

-Y con mi barriga, ya somos nueve.

SHEILA:

Justo antes de salir al patio, Sheila le dijo a Rebeca un poco triste:

-Ya no vas a ver a mi papá, porque a partir de ahora me quedo al comedor y vendrá a recogerme por las tardes mi yayo.

Entonces Rebeca, sabiendo el motivo por el que su papá no vendría más a por ella, la animó diciendo:

-Bueno, Sheila, pero piensa que eso es porque él ha encontrado un trabajo y eso le va a hacer muy feliz, porque necesita ganar dinero como todos.

La niña, suspirando al tiempo que pensaba en la parte buena del asunto, se conformó:

-Pues a ver si mi papá gana pronto por lo menos ochocientos mil euros y puede comprarme ya la Barbie de las trenzas…

ALEXANDRA:

Es una de las niñas más ligonas de la clase, y la mitad de los chicos se mueren por sus huesos. Eso sí, ella tiene muy claro que su corazón pertenece única y exclusivamente a Dani A. Está coladita por él al cien por cien, lo suyo es un amor de los de película. Tanto es así, que con cinco añitos tan solo a sus espaldas, ya conoce a la perfección la dura daga de los celos. El día en que le tocaba pasar lista a ella, empezó algo desanimada. Era raro porque todos están deseando ser “el capitán”, pero nadie le dio mucha importancia. Se equivocó en un nombre y Dani A. y Dante se rieron. Al poco rato llegó al nombre de su amorcito y miró al suelo con expresión abatida y el despecho brillando en sus ojos azulitos. Rebeca, creyendo que era debido a la burla, apartó a Alexandra y le dijo:

-Estás molesta con Dani, ¿verdad?- ella asintió, y Rebeca le aconsejó:- dile qué es lo que te ha molestado y así lo solucionáis.

Alexandra, alentada por su imprevista (y ajena al verdadero meollo del asunto) consejera amorosa, dijo en voz alta, delante de todos cual invitada al Diario de Patricia:

-Es que Daniel A. era mi novio y ahora es novio de Laura Patricia, porque estaban riéndose mucho juntos esta mañana. Vamos, que por irse con ella, HA COLGADO conmigo.

SALVA:

Jugando en el patio, encontró un pajarito sin una sola pluma, moribundo y lo cuidó hasta la hora de ir a Educación Física. Cuando llegó el profe de esa asignatura, Javi, le insistimos en que lo dejara donde lo había encontrado “por si lo buscaba su mamá”, y es que estaba claro que aquel pajarito, con las alas rotas y sangrante, aún peladito del todo, no iba a salvarse.

Al día siguiente, llega Salva con el pajarito muerto en la mano y nos dice:

-Mirad, otro pájaro.

Diego, que es muy culto en cuanto a animales se refiere, le dio la noticia:

-Tío, es el mismo.

Y Salva, riéndose de la falta de atención de su amigo, le contestó:

-¿Cómo va a ser el mismo? Este está muerto y el mío estaba vivo…

PASTORA:

Estábamos haciendo la ficha del cuentacuentos, y en uno de los apartados a rellenar, ponía “TÍTULO:”. Los dos puntos, por algún error de la fotocopiadora o lo que fuese, habían quedado muy juntos, de forma que quedaban más o menos así:

Cuando pasé junto a su mesa, me pidió ayuda, y nos pusimos a escribir juntas. Cuando llegó al apartado “TÍTULO:”, empezó a reírse señalando aquellos dos puntos .

-¿Qué te pasa?- pregunté.

-Ummm…- se relamió-. Es un cacahuete.


DANTE:

Había hecho un dibujo muy chulo de animalitos en el campo, y en el cielo de su obra brillaba un sol graciosísimo con barba y todo. A la hora de colorearlo, eligió pintarlo de rosa. Cuando le dije que le había quedado muy bien, inquirió:

-¿Sabes por qué he pintado el sol de rosa?

-No, ¿por qué?

-Porque como es el sol, se ha puesto rosa de tanto tomar el sol.

DAVID:

Después de cada ficha, ponen su nombre y apellidos junto con la fecha larga en la parte de atrás de la hoja. Cuando se empezó la “Operación Biblioteca”, y todos tenían que apuntar los libros que sacaban, Rebeca explicó:

-En esta hoja, cuando saquéis un libro, basta con que pongáis la fecha corta.

David, en voz baja, de forma que sólo pudiese oírlo su grupo (y yo que estaba detrás aunque él no se hubiese dado cuenta), dijo:

-¡Ay, madre, qué gustito de fecha!

6 comentarios:

Carlos dijo...

Jeje, fantastico y es que los niños son la ilusión de cada dia y la esperanza en el futuro.

ty dijo...

Tia, me ha dado una envídia... Lo he leído todo todito, menudas frases tienen los niños! jejej

Mira, me he enterado del lío amoroso en el que está metido mi primo, jajaja. Y yo sin saber nada... Ya tengo algo para hacerle rabiar...jaja

Saludos,
Sara.

MaRii!! dijo...

jajaja, que buenos son Los pekes de tu cLase! xD, Lo qe me he reído!! aunque muchas ya me Las habías contado, pero bueno, me he vueLto a reir.
Yo quería apuntarme también Las de mis niños, pero no me acuerdo de muchas...así que nada =(

besitos Lorii
tq!!

Lúa dijo...

jajajaj!.. Me he reído un montón!.. Soy super fan del libro del hormiguero de frases de niños.. ¡¡Es que me encantan!! :)

Miganel dijo...

Qué originales que son...Ay!!! si pudiéramos los adultos conservar esa espontáneidad!

Besos!

Anónimo dijo...

Hola, soy Rebeca. La maestra de esos monstruítos. Es que acabo de ver por primera vez este blog. Me he enterado gracias a una compañera que pensaba que ésta era la página web del cole.
Me ha encantado volver a recordar algunas anécdotas, y digo "algunas" porque de la mayoría no me acordaba.
A veces cuando estás pendiente de tantas cosas en clase, dejas escapar momentos preciosos. Tú no pierdas nunca esa sensibilidad.
Por cierto, sigo necesitando ayuda, ahora son niños de 3 años y me traen ¡locaaa!! Je je
En serio, si necesitas algo para las oposiciones, estaré encantada de dejártelo. Pasa por el cole cuendo quieras.